"Soy una paisana de ceño fruncido
aunque llevo flores y tonos coloridos.
Por dentro mi arte se cubre de llanto
y burgueses fantasmas alumbran mi encanto.
Rodeada de azules prepare mi viaje
a tierras remotas con otros paisajes
Lo deje escrito por si lo dudas,
porque aquí yo espero no volver jamás"
Frida tuvo una vida signada por el dolor físico, la postración y los desengaños amorosos con su esposo y guía en muchos aspectos, Diego Rivera; pero nada de esto le impidió desarrollar su potencial a través de la pintura y trascender así los limites del tiempo y el espacio.
Su atuendo consistía en los trajes típicos de México combinados con joyas exóticas y muy vistosas.
Los géneros eran rústicos y con estampados diversos como rayas, flores o signos y los colores generalmente eran contrastantes. Además le agregaba flores de diversos tipos y tamaños a su peinado recogido con trenzas.
En 1926 pintó su primer autorretrato, el primero de una larga serie en la cual expreso los eventos de su vida y sus reacciones emocionales ante los mismos. La mayoría de sus pinturas las realizo estirada en su cama y en el baño. Sin embargo su gran fuerza y energía por vivir le permitieron una importante recuperación.
Huipil
Las últimas palabras en su diario fueron: "Espero alegre la salida y espero no volver jamás".
A los cuatro años de su muerte, la Casa Azul se convirtió en el Museo Frida Kahlo.
Su imagen hoy. es una marca registrada y a pesar de haber sido una mujer de una belleza particular que no encajaba con los cánones de belleza y de haber vestido a su moda, impulsada por el consejo de su marido y compañero, ella fue y es un ícono no solo en la moda sino como ejemplo de mujer en contacto con su liderazgo personal.
Pinturas, prendas, bijou, bolsos, zapatillas, bebidas...un mundo de productos que llevan su imagen para quienes la recuerdan y la siguen eligiendo.
"Creo que poco a poco voy a ser capaz de resolver mis problemas y sobrevivir."
Frida Kahlo
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