Hace un tiempo, nos reunimos a almorzar, mi abuela (86), mi mamá (tengo un bozal legal y no me deja revelar su edad, pero promedien mas o menos entre la de mi abuela y la mía) y yo (36).
Estos almuerzos donde nos reunimos tres generaciones de mujeres charlatanas, con caracter y mucho protagonismo nunca tienen desperdicio. Esta vez fue el turno de la abuela Ñata y sus relatos.
Ella fue una peluquera, de esas de oficio y de pasión, así que imaginen que con la edad que tiene y el cansancio acumulado de toda una vida, hay que tener ganas de teñirse el pelo rigurosamente cada 15 días; pero para ella esto es lo mismo que respirar o comer, una necesidad básica.
Mi bisabuela no era tan coqueta, por eso yo estoy convencida de que la extrema coquetería que heredamos mamá y yo nace en este personaje, que como les conte, hace 50 años que usa rojo cereza en su cabeza, claro que en los comienzos ni existía el nombre de fantasía de la tintura y mucho menos la tintura!
Cuenta Ñata que al principio, cuando surgió la necesidad del cambio, al rededor de sus 30, ella usaba un colorante rojo que compraba en una casa de peluqueria en la calle Esmeralda, ciudad de Bs. As. allá por 1960 y que por precaución, siempre llevaba un paraguas en la cartera porque una gota de agua era su peor enemigo... Claro que lo aprendió el día que volvió a su casa con su remera blanca totalmente teñida de rojo y su cabello rojo totalmente decolorado, después de un chaparrón que no cayo precisamente
arriba de un colchón sino de su cabeza!
La realidad es que mi abuela era castaña, como las dos siguientes generaciones, pero ella quería ser colorada y ojo que a pesar de que carácter y personalidad a mi no me faltan pienso que había que ser guapa para llevar un rojo en la cabeza en los años 60! Y no solo eso sino todo el trabajete que implicaba mantenerlo. Por suerte para ella, un tiempo después, una vedette del momento llamada Pochi Gray comenzó a teñirse del mencionado tono y comenzaron a llegar al país las primeras tinturas de este jugado color que gano y sigue ganando fanáticas al rededor del mundo.
Aquí les cuento entonces, para quienes piensan apostarle o le apuestan al
rojo a la cabeza, algunos consejitos de la abuela Ñata que ademas de peluquera es una fiel consumidora de este color.
* Hay muchas tonalidades de rojos y no solo es importante elegir el que mas se acomode al color de la piel sino a la personalidad.
*Normalmente los rojos pura sangre siempre están asociados a lo sensual mientras que los tonos mas anaranjados representan un estilo mas distinguido y hasta en algún punto inocente o angelical.
*Usar rojo en la cabeza es sinónimo de "foco de atención" en dicha zona, así que si no estas segura de poder mantenerlo desde sus raíces, definitivamente este color no es tu fuerte.
*Aunque hoy las tinturas han mejorado su calidad y componentes, nunca dejan de ser un producto nocivo para la salud del cabello, por eso y por la constante actualización que exige este color, es necesario pensar además, en un buen tratamiento para cabellos con coloración.
Las dejo hasta la próxima con una reflexión de aquel almuerzo entre mi madre y mi abuela, que como yo, están
De la Cabeza, es hereditario! Y les muestro una foto de ellas, aunque por la época es en blanco y negro.
Abuela: Cuarenta pesos cuesta la tintura! Decí que me dura para dos veces porque solo me hago las raíces pero si sigue aumentando...
Madre: Mamá no te quejes que si a esta altura todavía tenes ganas de teñirte es que todavía estas viva!
Abuela: Ah, si m´hija, eso es cierto...